lunes, 20 de agosto de 2018

EL ANCLAJE MONETARIO, EL SALARIO Y LOS PRECIOS (I)

              Bastante nos preguntan sobre el anuncio de nuestro Presidente Maduro respecto al anclaje del valor del Bolívar Soberano al Petro y el impacto que sobre los precios va a tener el establecimiento del salario mínimo en ½ Petro o 1.800 bolívares soberanos. Sin pretender ser economistas, decimos que el actual anclaje monetario se constituye como la fijación del valor propio de la moneda nacional, en nuestro caso el Bolívar Soberano, al valor de un activo real, el petróleo, a través de una criptomoneda, el Petro que funciona como una unidad de cuentas para dar referencia de valor estable a las transacciones que se realicen con el nuevo cono monetario.

                Probablemente no es tan clara la explicación anterior, tratamos de construir una lista de elementos más que de hacer una definición, sin embargo nos sirve para ilustrar. A modo de comparación histórica, con el fin de acercarnos un tanto a su naturaleza, manejamos desde hace mucho tiempo una unidad de cuentas en nuestro día a día: la unidad tributaria, la misma sirve al Estado para dar un valor estable a ciertos pagos que le realiza los particulares, en especial en materia tributaria, como impuestos, tasas de registros,  y muchos otros, además de cumplir con la misma función para la determinación del monto de los cestaticket. Sabemos de antemano el valor en unidades tributarias de dichos pagos, sólo con multiplicar el valor en Bs de la unidad tributaria por la cantidad de estas a pagar por el servicio, tendremos el monto a pagar, no tenemos, entonces que andar preguntando en cuánto irá a venir el cestaticket, es un valor estable, devenido de una unidad de cuentas.

                El Petro, para el uso de “ancla” del Bolívar Soberano, tiene la función de servir, entonces, de unidad de cuentas. Como primera medida de anclaje, el Presidente Maduro fijó el salario mínimo en medio (1/2) Petro que actualmente representan 1.800 Bolívares Soberanos pero que puede cambiar este último valor si cambia el del anclaje. Recordemos, para continuar con el simil, que el cestaticket aumenta su valor cuando aumenta la unidad tributaria, de igual forma funcionará el salario en BsS con el Petro. Pero no es sólo el salario, los precios y todas las transacciones en bolívares soberanos están ancladas al criptomoneda nacional por lo que los mismos comienzan a ser dinámicos pero estables.

                No es primera vez en la historia humana que se utiliza una unidad de cuentas para anclar el valor y el uso de divisas o de transacciones. Muchos ha sido los ejemplos de anclajes a unidades de cuentas, siendo el más reciente entre los famosos el precursor del Euro, era el llamado European Currency Unit, en español Unidad Monetaria Europea o ECU por sus siglas en inglés. La misma funcionó por casi 20 años entre 1979 y 1999 como unidad de cuentas y moneda virtual entre los países que conformaban la Comunidad Europea, hoy Unión Europea, conviviendo con las monedas nacionales pero estableciendo valor estable a los negocios jurídicos que se realizaban en el bloque.

                Ahora bien, ¿Por qué este anclaje? ¿Cuál es el efecto práctico sobre la vida de los venezolanos? Recordemos que en el año 2003, producto de una primera escalada de Guerra Económica con la que la Derecha pretendió ponerle la mano a las reservas internacionales venezolanas a través de la compra masiva de divisas en las casas de cambio, aprovechando el sistema de libre mercado de divisas de entonces, hubo que establecer el control de cambio como forma de contener tal arremetida. Con dicha medida, el Estado logró gobernanza sobre el precio del dólar con respecto al Bolívar, basado en el dominio del mercado de divisas producto  de una política internacional de protección de precios del petróleo que permitió un importante flujo de divisas hacia el país.

                Todo ello permitió un anclaje de precio  de la divisa protegido por el Estado y un aumento gradual y real del salario, trayendo como consecuencia la mejora efectiva de la calidad de vida. Como referencia, recordemos que a finales del año 2012 el salario mínimo en el país sobrepasaba los 300$, alimentado además con toda una política de beneficios no salariales y de precios que nos permitieron elevados estándares de vida, lograda por las políticas de protección permanente al Pueblo del Gobierno de nuestro Comandante Hugo Chávez.

                Con la nueva escalada de Guerra Económica, parte del concepto de Guerra Híbrida reconocida en la declaración final de la última cumbre de la OTAN, basada inicialmente en la afectación de los precios del petróleo, a través de diversos mecanismos, los ingresos en divisas para el país disminuyeron dramáticamente y con ello la gobernanza real sobre el mercado de divisas que con la escalada de precios, acaparamiento y contrabando de combustibles entre otras acciones de la guerra hacia el interior del país, los factores de Derecha lograron romper con el anclaje armónico que con tanto sacrificio se había logrado en el país.

                La realidad, producto de la Guerra Económica, ha venido cambiando aceleradamente en los últimos años: los precios se anclaron a un valor irreal de mercado ilegal de la divisa y los salarios quedaron rezagados al valor protegido de la misma. De esta forma, se obligó al Estado a aumentar frecuentemente la emisión de moneda con el fin de poder crear un sistema coyuntural, de guerra podríamos decir, para la protección del abastecimiento y el poder adquisitivo del Pueblo, fiel a la filosofía revolucionaria de, hasta en las últimas circunstancias, defender a la población por encima de cualquier protocolo liberal-economicista que hubiese significado una hecatombe social superior a la situación actual pero agravado con una entrega de la Patria a estos poderes fácticos con la consecuencia de la muy difícil reversibilidad de la misma.

                Sin embargo, dicho ataque a la economía logró conculcar, prácticamente hasta hacer desaparecer el salario de la realidad nacional. Las mujeres y los hombres de la Patria ya trabajaban a cambio de un pago que los aumentos indiscriminados de los precios, anclados en el precio criminal del dólar, le daban un verdadero carácter salarial vil.

                En este marco, el anclaje anunciado por el Presidente Maduro busca volver a colocar a los salarios y los precios bajo una misma referencia, o una misma unidad de cuentas como lo es el Petro. Personalmente no lo consideramos un aumento salarial: representa una restitución de la institución del salario como el fruto inmediato del trabajo honesto que permite el sustento digno del trabajador y su familia. Es esto lo que hizo Nicolás Maduro, lo cual representa una medida de redención popular de un significado mucho más profundo que un simple aumento de sueldos; es sacar al Pueblo de la esclavitud del capitalismo y volverlo hacia la dignidad que sólo puede otorgar el Socialismo.

                A partir de hoy, los salarios volverán a entrar en la contabilidad de costos de la empresa como nunca ha debido dejar de ser; las trabajadoras y los trabajadores de la Patria han vuelto a ser restituidos como sujetos protagonistas de la producción de riquezas y, por ende, beneficiarios de los frutos de la producción.

                Por supuesto, a quienes cobraban precios anclados al dólar criminal y pagaban salarios a bolívares devaluados, su propia naturaleza egoísta no les va a permitir reconocer la entidad de la decisión del Presidente. Hoy están en una especie de “modus chillandum” en el que se agarran de conceptos traídos de los pelos para el momento histórico como déficit fiscal, inflación y otros elementos chantajistas, dejando dolosamente apartado del discurso la recomposición social que significa para quien trabaja recuperar su ingreso.

                La valentía de Nicolás Maduro se traduce en una nueva etapa de victorias populares, hoy el Pueblo trabajador tiene que estar de fiesta. Cada 20/08 tiene que ser recordado como el día que Venezuela retomó el rumbo de la Justicia Social y el Trabajo como dignificante del ser humano. 

domingo, 19 de agosto de 2018

MADURO VS LA INMORALIDAD


Estamos a menos de 24 horas de la entrada en vigencia de la reconversión monetaria y con ella el Plan de Prosperidad y Recuperación Económica implementado por el Presidente Nicolás Maduro. Son horas que se debaten entre la esperanza de un Pueblo por ir a los nuevos equilibrios económicos que le permitan una forma de vida en la que el abastecimiento familiar no sea un drama diario e interminable y la ferocidad de los deudos del puntofijismo que siguen en mora con la oligarquía gringa en su tarea de recuperarle el vasallaje gubernamental que perdieron con la irrupción de Hugo Chávez.

            No podía ser de otra forma, los anuncios presidenciales del pasado viernes han tenido las tradicionales respuestas de la Derecha: una nueva escalada “dolartodiana”, por supuesto seguida de la de los precios y una feroz represión comunicacional. Bueno, no esperábamos otra cosa de quienes nada tienen que ofrecer al país.

            El viernes se trazó una ruta que para la oligarquía resulta inverosímil el hecho de que no se traduzca en congelamientos de salarios, de pensiones, de misiones, de carnet de la patria, en fin, del sistema de protección social que ha caracterizado y caracterizará esta Revolución. Para el vasallaje gringo proteger el salario es aumentar el déficit fiscal pero no lo es la evasión tributaria, el contrabando de todo tipo o la defraudación laboral y todo tipo de criminalidad de cuello blanco que siempre cometen. Para la inmoralidad pitiyanqui, el aumento de los combustibles debe ser una medida de golpe contra los más pobres y que les permita a los grupúsculos el aumento indiscriminado de precios, en su lógica perversa no cabe que pueda hacerse protegiendo al Pueblo.

            De igual forma, acusan de utilizar nuestra reserva petrolera para dar un nuevo anclaje a la moneda y, por ende, una independencia del dólar pero como anhelan un préstamo del FMI por unos $ 60.000.000.000 que permitan entregar nuestro petróleo a las trasnacionales, por supuesto con ellos como intermediarios y beneficiarios de comisiones.

            Nicolás Maduro Moros tiene en la moral de quien ha sido fiel, de quien ha sido frontal, de quien ha sido inclaudicable en su afán por una Venezuela de verdadera prosperidad que es aquella conseguida por las mayorías y no por pequeños grupos.

El Presidente ha estado allí, a la vanguardia dando la lucha palmo a palmo y hoy hace una nueva demostración de su inconmovible carácter revolucionario. Hoy, cuando el debate va desde medidas de corte liberal, a veces propuestas de las propias filas revolucionarias, y no pocas con buenas intenciones, hasta las más retrógradas consejas, Maduro asume su posición de líder y se decide por el camino del Pueblo, sin demagogia populista pero con la máxima defensa a las mujeres y los hombres de la Patria; con medidas sólidas pero no con las recetas genocidas del FMI.

A quienes queremos esta Patria, nos toca llenarnos de valor y asumir la defensa de la nueva moral económica que se inicia en Venezuela, el camino contra el capitalismo hambreador que pretenden imponernos. Debemos insurgir contra el status quo económico y lograr la segunda independencia.

Nicolás Maduro se constituye como el gran liberador de la economía, desatándola de las amarras autoimpuestas e independizándola del colonialismo del dólar. Por supuesto, la inmoralidad y caraetablismo de la Derecha seguirá chillando pero al mismo tiempo, el Pueblo seguirá venciendo.