domingo, 29 de marzo de 2020

LA VIRUSCRACIA


     

LA VIRUSCRACIA

            Sale el sol y ya sabemos que vamos a hacer hoy, quedarnos en casa; cae el sol y la noche es solo un conector para recibir un alba en la que ya predecimos lo que viene. Por este encierro, o mejor dicho puesta a salvo, no tenemos a quien culpar con certeza, no tenemos una razón para forzarnos a nosotros mismos a salir, no sabemos el momento en el que retomaremos nuestra vida acostumbrada: todo depende del virus.

            A este individuo que no titulamos de señor, sir o don, sino que le prefijamos una “Corona”, por supuesto, se lo ha tomado en serio y utiliza todo el poder soberano que nosotros mismos le endilgamos. El virus con corona no llama a la popular asamblea de ciudadanos para tomar decisiones, tampoco llama de la burguesa “sociedad civil”; no llama a la ONU, ni a la Otan, tampoco al Grupo de Lima o al de Puebla; ni siquiera ha tenido la delicadeza de hablar con el Papa o los grandes jerarcas religiosos del mundo. Su atrevimiento llega a tanto que ha ignorado hasta al Grupo Bilderberg con todo su poder.

            No hay discusión, no hay negociación, no hay diálogo: o te aislas o te infecta a ti y a todos tus seres queridos, te convertirá en una máquina de muerte, en una especie de jinete apocalíptico que llenará de dolor y luto todo a su paso. Su sentencia es automática, no valen causas justificadas, fuerza mayor, vicios en el consentimiento y mucho menos el debido proceso. Su ley no es escrita, tampoco basada en la costumbre, podríamos decir que ni en la fuerza, acaso puede ser un imperativo que supera nuestras tradiciones normativas devenidas de tantos siglos.

            Por supuesto, su autoridad no deviene de una elección, tampoco de un golpe de Estado pero es reconocida por todos. Los que creían mandar, saben que no mandan y lo peor es que comienzan a percibir que su falta de poder es sentida por la sociedad. Se erige la Viruscracia.

            Ahora, nos preguntamos, ¿está naciendo la Viruscracia o solamente el virus con corona ha tomado el mando? ¿no será que los virus del egoísmo, del individualismo, del corporativismo, de la falta de espiritualidad o el de agresión a la madre tierra ya se imponían y se disfrazaban de “prosperidad económica”, “mundo competitivo”, “desarrollo tecnológico” o “democracia representativa”? 

Me comienza a oler que los agentes infecciosos que se convierten en pandemia no son solo aquellos que nos hacen un directo daño físico; los que afectan el alma individual y se multiplican hasta provocar que la especie humana se confirme como ejecutor de su propia destrucción y la del planeta entero, son virus para lo que debemos buscar medidas preventivas, de abordaje curativo y finalmente la vacuna para erradicarlos para siempre…