César Ferrer
@ferrerdupuy
ferrerdupuy@gmail.com
Venezuela se ha puesto a la vanguardia del mundo con el anuncio de la emisión de una criptomoneda: el Petro. Muchas son las implicaciones de colocar en circulación este nuevo tipo de dinero, especialmente porque la moneda virtual venezolana tiene elementos especiales para colocarnos a la vanguardia mundial en la materia.
Diferentes han sido las solicitudes que nos han llegado con el fin de explicar un poco en qué consiste el Petro, dudas que son harto razonables puesto que estamos ante una innovación de muy poca data. Tratemos, pues, de precisar algunos términos.
Comencemos por el principio: el Petro, y demás criptomonedas, son dinero, esto es que representan un bien universalmente aceptado para el intercambio de bienes y servicios. Por tanto, no es un título valor ni un bono, es, entonces “billete” contante y sonante. Puedes comprar, vender, alquilar y cualquier otro tipo de negocio utilizando dicha moneda.
En segundo término, el dinero tal como lo conocemos en la actualidad, es un bien de cada Estado quien lo reconoce como medio directo de intercambio comercial. Es emitido entonces por la autoridad monetaria de cada país, Banco Central de Venezuela en nuestro caso y, suele tener un respaldo real, normalmente oro, que garantice el valor de esas monedas o billetes. Los Estados Unidos eliminaron ese respaldo para el dólar, lo cual ha sido factor fundamental para las grandes desviaciones económicas mundiales, puesto que la principal moneda de intercambio internacional se coloca en circulación sin ningún tipo de control; temas que están expresados en abundante literatura, no nos desviemos.
En el año 2009 irrumpe una nueva forma de dinero, el BitCoin, dando nacimiento a la “criptomoneda”, la cual es emitida no de forma física, sino virtual, basado en una plataforma privada denominada “blockchain” que garantiza, mediante una serie de algoritmos matemáticos y mucha tecnología, la seguridad del dinero y de las transacciones que con él se realicen. Dicho dinero no tiene respaldo físico por lo que su valor lo determina la oferta y la demanda del mismo.
Del mismo modo, la criptomoneda no requiere intermediación bancaria para su uso ni resguardo, entonces, podríamos preguntarnos ¿dónde las guardamos si no tenemos bancos ni posibilidades de meterlas bajo el colchón? En las redes se proporcionan servicios que se han denominado “billeteras virtuales” esto es, una cuenta particular que mantiene y resguarda toda la información acerca del dinero representado en criptomonedas que posees, sirve también para pagar y cobrar las transacciones que realices. En otras palabras, las criptomonedas no son sólo dinero sino que son dinero en efectivo, por tanto, olvídate de burocracia, comisiones, cajas de compensación y otras trabas de los bancos; tu dinero está en tu “billetera”.
Del mismo modo, como dinero en efectivo que es, las criptomonedas no dejan rastra de los movimientos dinerarios que realizas, pagas o cobras sin tener que estar informando a nadie lo que haces con ese dinero.
A diferencia del dinero tradicional, la criptomoneda no tiene barreras basadas en fronteras o estados; al ser emitido exclusivamente de forma virtual y sin intermediación bancaria, no tiene las limitaciones de tener que acudir de formas de intercambio de monedas, tales como las casas de cambio o los “pay-pal”; es un verdadero pago en efectivo desde y a cualquier parte del mundo.
¿Puede haber algún tipo de “hackeo” en nuestra billetera virtual? Sería inocente decir que no, la historia de la humanidad ha demostrado que donde hay dinero también hay quienes lo quieren robar. Sin embargo, ni la banca, ni el colchón, ni la “botija” escapan de los ladrones, me imagino que ya existirán los “criptocarteristas” pero también medidas de seguridad para preverlos.
Hablemos del Petro, el mismo es una criptomoneda con todas sus características: emitido de forma virtual, no sujeto a intermediación bancaria y de uso universal. Sin embargo, agrega dos características: su emisor es un Estado, a través de su autoridad monetaria y, tiene respaldo efectivo en recursos naturales, petróleo en primer término y luego oro, diamantes y otros minerales.
De esta forma, podríamos decir que el Petro es una verdadera criptomoneda de segunda generación. Tiene todos los atributos y ventajas de estas tal y como se conocen pero con un poderoso respaldo que va a permitir transacciones seguras, no solo en lo tecnológico, sino en el valor real del dinero con el que estamos tranzando.
En este marco, Venezuela se anota como vanguardia de las nuevas formas de dinero con una criptomoneda que de arranque podemos decir que será la más fuerte y estable del mundo, no por ello la más cara, lo que nos permitirá abrir fronteras hacia un mundo infinito de intercambio como nunca antes lo habíamos visto. Particularmente, estoy tomando las previsiones para invertir en el Petro, habrá un camino que recorrer pero como decimos en el pueblo: “hay que agarrarlo por la punta”.
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